25/12/11

¡Feliz y Mágica Navidad 2011!

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¡Feliz y Mágica Navidad 2011!_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

16/10/11

El nacimiento de una nueva isla

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La Nueva Isla_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

29/8/11

Los colores y su influencia

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El aeropuerto de la isla de La Palma, donde de momento resido (y escribo de momento porque todo en esta vida es efímero y siempre hay que estar abierto, dispuesto y receptivo a los cambios), acaba de abrir su nueva terminal, permitiendo así que la antigua pueda experimentar lo efímera que es la vida. Si bien hay que reconocer que las vistas que ofrece son magníficas, espectaculares (la isla es un recreo para los sentidos), la sensación que uno experimenta al acceder a la misma es de oscuridad. Parece una contradicción, que un edificio en el que sus paredes están construidas con vidrio de seguridad en prácticamente todo su perímetro, que gracias a las mismas la luz accede con generosidad a su interior, y sin embargo da la sensación que un velo oscuro cubre toda la edificación, incitando a sus transeúntes y personas allí destinadas a tomar el camino de la introspección y el desánimo. Hay una explicación, fácil, y muy clara. El color empleado para el acabado de su interior.

Básicamente, ¿qué somos? Pues, muy sencillo, somos vibración. Existimos porque vibramos, y porque lo hacemos en una determinada frecuencia nos hacemos visibles en el espectro tridimensional de la forma en la que nos percibimos. Así mismo, todo lo que nos rodea e interfiere con nosotros es, también, vibración. Todo. Absolutamente, todo. Sí, tenemos una función de onda asociada, sí. Y sí, el universo cuántico no está tan alejado como piensan algunos, o que el mismo es de tal esencia que no interfiere en lo más mínimo en nuestro percibido universo. Gracias a que somos vibración, podemos utilizar el poder de ser creadores, porque sí, somos co-creadores. Y sí, la teoría de las cuerdas y supercuerdas está estrechamente relacionada con la propiedad de todo ente que forme parte de este universo, o de otros, porque sea cual sea en todos ellos se dará la siguiente máxima, de que todo, todo, es vibración.

Vas por el buen camino al pensar que los colores también son vibración. Recuerda aquello del espectro electromagnético; los colores no son más que una estrecha banda del mismo, la que denominamos visible. Nuestro cuerpo físico es capaz de percibir una pequeña muestra de todo el espectro electromagnético. Seríamos capaces de aumentar esa percepción, si tuviésemos la fe de que somos capaces, pero esto es motivo de otra entrada, y de otras reflexiones. Quiero centrarme en el espectro luminoso que diariamente percibes, y que cuando llueve y hace sol, contemplas absorto y maravillado.

Colores_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

Nuestra elección de los colores va a influir en nuestra salud, en nuestro estado de ánimo. Si nos atenemos exclusivamente a su significado físico, según sea el color de vibración más o menos alta provocará en nuestro cuerpo, receptivo a las mismas, una respuesta al mensaje que tal o cual color le envía.

Vamos más allá. Normalmente percibimos lo que es el cuerpo físico en sí. Ya no lo es tanto que seamos conscientes de los cuerpos sutiles que lo rodean, de sus centros de energía principales y secundarios, de las interacciones electromagnéticas que nuestro cuerpo constantemente experimenta.

Puesto que es tan importante la elección del color, también lo será si éstos estarán destinados a decorar las habitaciones de tu casa, los interiores de un edificio público, o conjuntados de una manera u otra a la hora vestirnos. Unos ejemplos son más permanentes que otros, por lo tanto, hemos de tener cuidado y atención.

Podríamos decir, en general, que el rojo nos alterará y provocará en nuestro sistema vital una respuesta impulsiva, expansiva, energética. El naranja favorecerá nuestras relaciones y aspiraciones, nuestros objetivos y metas. El amarillo hará que nuestra mente funcione utilizando mejor sus recursos. El verde nos proporcionará paz, salud, y conexión con La Tierra. El azul nos tranquilizará, y será un depresor de nuestros estímulos. El índigo favorecerá nuestra visión real. Y el violeta nos unirá con los planos espirituales elevados.

Si has puesto atención, habrás observado que acabo de realizar un recorrido por los colores del arcoíris, el espectro que se obtiene al descomponer la luz blanca. No existe nada por casualidad. Los siete colores coinciden con aquellos correspondientes a los siete principales centros de energía de nuestro cuerpo, más conocidos como chakras (sánscrito, rueda que gira). Tenemos otros centros, pero para el objeto de esta entrada son más que suficientes.

A su vez, estos vórtices de flujo de energía están interconectados por pares, así, el primero con el séptimo, el segundo con el quinto y el tercero con el cuarto. El sexto es un comodín para todos ellos, si bien su par es el octavo o puerta a nuestra Divinidad.

Quiere decir, por tanto, que cuando elijas un vestido, traje, camisa, etc., de uno u otro color en realidad estás equilibrando o desarmonizando uno o más centros de tu sistema vital. La elección suele ser un acto inconsciente, por ello cuando nos encontramos eufóricos y alegres solemos vestir con prendas de colores vivos y atractivos a la vista, y cuando nos sentimos tristes, melancólicos o depresivos, los colores elegidos serán oscuros, sin matices, sin vida. Es muy simple; atraemos lo que tenemos, y por tanto, esta ley universal también se extiende a nuestra relación con los colores.

Si cada chakra tiene asociado un color (hay un color dominante siempre, aunque existan más en cada uno de ellos) quiere decir que al ponernos tal o cual color estaremos favoreciendo ese centro energético, y a su vez, su asociado. Si abusamos de esa combinación, podremos saturarlo y, por tanto, desequilibrarlo. Pero si jugamos sabiamente con nuestra intuición, estaremos siendo nuestros mejores consejeros y terapeutas.

¿Y qué decir de los colores de nuestras paredes? No resulta tan fácil cambiarlos con la frecuencia con que nos vestimos, ¿verdad? Por tanto, elijamos colores neutros, que ni exciten ni depriman, pero que sí impriman un ambiente cálido, acogedor, y agradable, como colores cremas muy tenues. Observad las viviendas de vuestros familiares y amigos, y ved que sentís, que experimentáis. Haceos sensibles a vuestras percepciones e intuiciones, y ved qué ocurre cuando entráis en ese o aquel local. Escuchad lo que os dice aquel edificio público, o vuestra estación de ferrocarril y aeropuerto.

Ciertamente, influyen más factores que los colores por separado. Pero sus energías son tan sutilmente importantes que inciden de forma sobresaliente en nuestro comportamiento, actitud y estado de ánimo. Daos un buen baño de color, y haceos permeables a sus influjos.

Parc de la Chute-Montmorency, Québec

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Parc de la Chute-Montmorency_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

15/8/11

Sanación con péndulo

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Todos nosotros somos seres perfectos. ¡Vaya chasco! Desde que hemos nacido se nos ha martilleado constantemente en nuestra mente a través de nuestros ojos y oídos que somos imperfectos. Pues, resulta que si somos capaces de sanarnos a nosotros mismos, entonces, ¿qué somos, sino perfectos? ¡Ah!, ¿es que tenemos esa habilidad? Y si es así, ¿por qué razón hemos de acudir al doctor cuando nos sentimos fuera de equilibrio? Sencillamente, porque así nos han educado, y de esta forma han sido enseñados y adiestrados nuestros padres, y los padres de nuestros padres, y los padres de nuestros padres de nuestros padres, y así sucesivamente ad infinitum.

Somos perfectos, somos seres maravillosos, pertenecemos al Universo circundante y penetrante. Estamos y somos en un Universo, y somos Universo. Aquí es donde la teoría del Multiverso cobra su máxima significación. El ser perfectos nos dota de los atributos de la perfección, entre los que se encuentra la sanación. Mas aún así, ¿cómo es que somos incapaces de sanarnos a nosotros mismos? Vaya, son palabras muy bonitas, pero no tengo más remedio que pedir cita con el dentista la próxima semana (esto es en sentido figurado, espero no tener que hacerlo de verdad; primero, porque el torno es molesto; segundo, porque el bolsillo se resiente bastante, y por algo que placentero precisamente no es).

Uno de los motivos porque tenemos anulado inconscientemente (incluso diría que conscientemente) la ciencia de sanarnos a nosotros mismos es simple; ¿de qué vivirían, si no, todos los licenciados y doctores en medicina, diplomados en enfermería, fisioterapeutas, quiroprácticos, técnicos del ramo, y todos aquellos que de alguna forma u otra contribuyen al ejercicio de la salud regulada legalmente? Motivación de la fácil y tonta respuesta, la no creencia en el principio de la Abundancia Universal; si todos siguiéramos el mismo, todos dispondríamos de todo aquello que necesitásemos, sea material, tangible, o inmaterial, intangible.

Hemos de recordar con justicia todas las personas que se dedican profesionalmente al ejercicio de las terapias alternativas, consideradas hasta el momento no oficiales, pero perfectamente compatibles con la medicina oficial; también recordamos a todas las personas que, sin pertenecer al ejercicio libre de la profesión de la sanación no oficial pero ordenada y ética, se cultivan en estas artes, bien para el beneficio de su propia salud, bien para el de sus familiares y allegados, y las investigan, e incluso, las divulgan. Me doy cuenta de que este grupo de personas también se vería afectada si todos descubriésemos nuestra capacidad sanadora, ¿o quizás no? El verdadero profesional y estudioso de las terapias alternativas siempre es consciente del principio de la Abundancia Universal, y por ello tiene la obligación de, a la vez que ser mediador de la energía sanadora, y manteniendo siempre muy presente que nunca bajo ningún concepto podrá interferir en las decisiones de los profesionales y facultativos de la medicina oficial, de transmitir su conocimiento y compartirlo con quienes sean receptores del mismo, o lo que es lo mismo, con quienes hayan de recibirlo porque así esté marcado en su camino y en el momento perfecto.

Por todo ello, quiero compartir con vosotros un método de sanación que utilizo y que estoy desarrollando, y con el tiempo, perfeccionaré. Tiene sus raíces en las ondas de forma que generan, precisamente, las formas; sí, toda forma es más que su materia visible y concreta. Al igual que las partículas que no son tales, la materia también tiene asociada una forma de onda, que es definida como su onda de forma, valga la redundancia de la inversión sintagmática. Podemos utilizar ciertas ondas de forma para sanar y modificar los patrones invertidos que dan lugar al malestar y a las enfermedades, incluso a sus proyecciones futuras en accidentes y futuras enfermedades. Una de las maneras más simples y complejas a su vez es hacernos valer del péndulo para aprovechar sus propiedades como emisor de ondas de forma que ayuden en el proceso de sanación. Son tres los péndulos con los que trabajo en ese sentido, mas en esta entrada me centraré en el Péndulo Isis y el Péndulo Osiris (de tres semiesferas), de los que a continuación os mostraré dos instantáneas:

Péndulo Isis

Péndulo Osiris (Tres semiesferas)

El Péndulo Isis es el que aparece en la fotografía superior; el Osiris (para ser purista, he de decir que es considerado como Osiris aquél formado por cuatro semiesferas, de las que podemos usar todas, o tres, o dos, dependiendo de la situación, el paciente, el objetivo), en la inferior. Ambos son emisores de ondas o frecuencias de forma. Sin embargo, entre ellos existe una gran e importante diferencia. Mientras que el primero emite en luz no visible blanca (dentro del amplio espectro electromagnético, blanco no visible) y por tanto frecuencia sanadora positiva, el segundo lo hace en verde no visible negativo (vid. supra, esta vez aplicado al verde negativo no visible), lo que le convierte en un objeto de radiación nociva, muy interesante para eliminar conflictos físicos y psíquicos negativos, pero a su vez peligroso para el radiestesista si éste no está avezado en su uso.

Para el proceso sanador utilizo generalmente el Péndulo Isis, simplemente cediendo mis canales de energía a las Entidades Sanadoras (el Maestro Mikao Usui, los Maestros Ascendidos, los Arcángeles Uriel, Gabriel, Rafael –especialmente- y Miguel, y los Emisarios Pleyadianos de Luz). Por tanto, el péndulo se convierte en transductor y emisor de energía, cobrando vida, pues como todo ente al que tiene asociado una onda es vivo; discrepo, de esta manera, de todos aquellos radiestesistas que afirman que el péndulo obedece exclusivamente a los impulsos musculares originados por las órdenes del sistema nervioso originadas en las percepciones a las que el radiestesista se ha hecho sensible en determinada prospección o estudio radiestésico. Y desde mi propia experiencia siento que se establece un diálogo entre el péndulo y yo mismo; es curioso cómo, si éste es de cristal de roca o cuarzo, al reflejar destellos de luz provocados por la difracción de la luz, éstos en cierta forma “hablan” y me conducen a la solución del problema o pregunta planteada. ¿Podría afirmar, entonces, y en base a mis últimas palabras, que el péndulo no es más que un amplificador de mi respuesta corporal?

Dejo que seáis vosotros quienes respondáis  a esta cuestión, pues entiendo que habrá opiniones muy bien fundadas en muchos sentidos. No obstante, todas conducirán a lo mismo; al beneficio que de la ciencia y arte de la Radiestesia podemos obtener, y en todos sus campos de aplicación, que son muchos más de los que puedes imaginar.

23/7/11

Marilyn Rossner and me

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Marilyn Rossner and me_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

3/7/11

“Terapias Alternativas”

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Consulta Terapias Alternativas_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

25/6/11

“Sólo por hoy…”

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“Sólo por hoy, no te preocupes.

Sólo por hoy, no te irrites.

Sólo por hoy, trabaja fuerte (en la meditación).

Sólo por hoy, sé amable con los que te rodean.

Sólo por hoy, agradece las bendiciones de tu vida.”

Maestro Mikao Usui (1865-1926).

Principios Reiki Maestro Mikao Usui

Maestro Mikao Usui

20/6/11

“Pulgas Clonincordiantes”

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Clonincordiantes_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

19/6/11

“Ejecutad la Orden 66”

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Orden 66_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

12/6/11

“Sólo por hoy”, Maestro Mikao Usui

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“Sólo por hoy, no te preocupes.

Sólo por hoy, no te irrites.

Sólo por hoy, trabaja fuerte (en la meditación).

Sólo por hoy, sé amable con los que te rodean.

Sólo por hoy, agradece las bendiciones de tu vida.”

Maestro Mikao Usui (1865-1926).

Principios Reiki Maestro Mikao Usui

 

Maestro Mikao Usui

Por mi Puerta del Sol, mi oso y mi madroño

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La Puerta del Sol_Puesto Incordiante_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

11/6/11

“ZZP”, insecticidas

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ZZP Insecticida_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

9/6/11

“La Guerra de las Facturas”

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La Guerra de las Facturas_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

6/6/11

En el camino del Reiki Usui Shiki Ryoho

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En el camino del Reiki Ushui Shiki Ryoho_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

5/6/11

En el camino, con Sathya Sai Baba

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En el camino, con Sathya Sai Baba_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

Por mi Puerta del Sol, mi oso y mi madroño

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La Puerta del Sol_Pulgas 15M_Autor_Álvaro Martínez Sánchez

13/5/11

Programación Neurolingüística: El espacio

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Existe una cantidad enorme de publicaciones en las que las que el sintagma nominal programación neurolingüística aparece asociado a una determinada acción o cualidad, con el objetivo de adiestrar al lector en un plano concreto, de tal forma que tras la práctica se supone que el estudiante y/o practicante ha adquirido una serie de habilidades que le serán muy útiles en ese campo de interés. Teclead, sin ir más lejos, la secuencia citada en cualquier navegador, y obtendréis una más que enorme oferta de entradas en el universo de las tres uve dobles.

En otras entradas abordaré con más detalle, en un análisis minucioso, lo que esta ciencia significa. En ésta, en concreto, ofreceré una práctica manera de obtener rápidos rendimientos y útiles resultados. La toma de conciencia de nuestro espacio vital. ¿Hemos pensado alguna vez, conscientemente, de lo que verdaderamente supone nuestro espacio vital? ¿Cuántas veces habremos escuchado tal expresión como si tal cosa? Cuándo nos hablan de nuestro espacio vital, ¿sabemos a lo que se refieren? O incluso más allá, ¿saben a lo que se refieren aquellos que lo nombran?

¿Qué es nuestro espacio vital? La primera idea es un volumen en el que yo como ser vivo puedo desarrollarme como tal. Definición que a simple vista es muy simple, pero que encierra una interesante y sutil complejidad. Porque, si es un volumen (evidente, ha de serlo, somos seres de tres dimensiones), ¿tomamos este volumen como perteneciente a un espacio euclídeo, o añadiremos una dimensión más, una dimensión temporal, a modo de espacio-tiempo de Minkowski? Incluso hasta sería factible añadir alguna más, mas de momento no lograría más que provocar caos. Quedémonos, por tanto, con cuatro dimensiones, tres espaciales y una temporal. Sumemos a las dimensiones, cualidades. Sigamos. En este volumen he de desarrollarme como ser vivo. ¿Ha de ser muy grande, o muy pequeño? ¿Ocupo un espacio dentro del mismo o pertenezco al mismo? ¿Soy uno con él o configuro un elemento más de su presencia en el espacio total? ¿O es acaso el espacio total el volumen donde resido?

Imaginemos ahora una situación muy conflictiva para nosotros, un instante que se repite todos los días que nos anula como seres de luz que somos. Sí, somos luz, somos vibración, somos una suma de fotones muy compleja. Tanta luz, y sólo es necesaria la sombra del miedo para atenuarla, pues no la apaga. Regresemos a esa fatídica escena, que se repite sin descanso, todos los días. Nos levantamos, nos aseamos, desayunamos, y comenzamos nuestras tareas diarias. Tras un tiempo determinado ahí está, infatigable, omnipresente, la temida escena, el odioso papel de ser reducido a algo muy pequeñito por el poder otorgado a aquello que nos vuelve dóciles y manejables por el papel del miedo. ¿Podríamos ser capaces de inventar algo que nos permita, al menos, mitigar ese fatal destino diario? Sí, os digo que sí, lo somos, y en el párrafo siguiente os daré, no la solución, pero sí los medios para que vosotros mismos la encontréis.

Encontrad un momento de tranquilidad en vuestro agitado día. Buscad un lugar en el que sepáis que nada ni nadie os molestará, y porque siempre hay que dejar espacio para la probabilidad, deciros a vosotros mismos que cualquier elemento o persona perturbadora será bienvenido, pues ayudará en vuestro camino hacia la paz, el sosiego, la quietud, la relajación.

Ahora que has conseguido que tu cuerpo esté relajado, te sientes en paz contigo mismo, vas a comenzar un viaje a tu espacio vital; vaya, ¿acaso no estoy ya en él?, estás pensando en eso, ¿a que sí? Este viaje te lleva conscientemente a tu espacio vital. Eres capaz de sentirlo, de olerlo, de gustarlo, de visualizarlo, de escucharlo, de recorrerlo a través de tus aproximadamente cien mil millones de neuronas, más o menos, de experimentar sus energías sutiles mediante tus cuerpos no físicos. Es tu espacio vital, un lugar, si admitimos el locativo como correcto, donde estás a salvo, protegido, feliz, en paz, lleno de amor, en armonía contigo mismo y con el Universo.

Ahora, desde este espacio de amor, revive esa situación molesta que diariamente te inquieta. Desde tu espacio vital nada ni nadie puede hacerte daño. Y desde este conocimiento, dime ahora, ¿cómo ves esa escena?, ¿cómo la sientes?, ¿cuáles de tus sentidos intervienen?, ¿estás involucrado en la misma, eres un partícipe activo, o por el contrario eres nada más que un espectador, algo especial, eso sí? ¿Es estática o dinámica? ¿En colores, monocromática, o en blanco y negro? Si eres un personaje activo, ¿qué ocurre? ¿Que pasaría si te disocias de la escena y te conviertes en observador? Si eres un observador, ¿te ves a ti mismo en ella o sólo ves el resto de la misma sin tu presencia? ¿Eres capaz de percibir detalles que en la realidad no eres consciente de los mismos?

Practica en calma este ejercicio, cuando quieras y así lo quieras. Es claro que hay una segunda parte. Pero por ahora vamos a quedarnos en ésta. Si consigues dominar las pautas marcadas llegará un momento en que vas a darte cuenta de que tu percepción de todo lo que te rodea ha cambiado, y de que tu percepción de todo lo que está en tu interior también se ha visto modificada. Piensa un momento; si consigues variar cómo percibes tu espacio, ¿no significará que éste ha cambiado gracias a ti?

Os agradezco que compartáis conmigo esta maravillosa experiencia. Muchas gracias a todos.

8/3/11

Los Indianos regresaron a Santa Cruz de La Palma

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Esta vez fue un 7 de marzo de 2011 quien tuvo el honor de recibir a los miles de Indianos que año tras año regresan y se van para conmemorar con alegría y mucho talco el reencuentro de aquellos isleños que volvían de tierras lejanas al otro lado del Atlántico.

Los Indianos, ellos con elegantes trajes de lino o guayaberas y pantalones de color blanco, cubiertos con sombreros panameños, ellas vestidas de época, ricamente enjoyadas, resguardadas del inclemente sol con sombrillas de encaje y pamelas, o de nubes de lluvia amenazantes, que viene siendo esto último lo habitual, engalanan la ciudad portuaria, tercera en importancia tiempos atrás, tras Sevilla y Amberes, con toneladas y toneladas de polvos de talco esparcidos todos ellos a Norte, Sur, Este y Oeste, bien con humildes botes de talco, bien con los más insospechados y creativos ingenios, maquinarias perversas capaces de dejar empolvado y bien blanco al mayor de los edificios.

Los Indianos, Santa Cruz de La Palma

Pero entre bocanada de talco que viene, bocanada de talco que va, empujón que viene, empujón que va, al son de la batucada, este año más breve que nunca, lástima, no pude por menos que reflexionar sobre dos pensamientos que asaltaron mi mente. El primero, cómo consigue el talco atravesar el gentío y conseguir descansar en los empedrados centenarios de Santa Cruz de La Palma; quizás el cómo, o incluso el porqué, tenga solución en el modo en el que los neutrinos viajan sin descanso a través de la materia. Y si no es el caso, es decir, que ni el cómo ni el porqué coincidan, al menos el símil es válido para una clase de Física Teórica. El segundo, y de más peso; la capacidad del hombre de olvidar por un tiempo dado todos los problemas que enturbian su vida, y dar rienda suelta a sus ganas de vivir, y de ser felices, aunque sea por un escaso y breve escenario temporal.

Es cierto, hay aditivos que ayudan a conseguirlo; el alcohol, sin ir más lejos o sin ser más prolijos. En cierto modo entristece que el ser humano acuda a resortes artificiales para desencadenar su afán de libertad, degenerando su noble deseo en libertinaje. Y al emborracharse de artificios ocurre que no sólo mantiene las cadenas de su día a día, sino que consigue fortalecerlas añadiendo eslabones cada vez más pesados y difíciles de soportar.

Divertirse y gozar, verbo muy utilizado en estas latitudes, sin perder la noción del presente, la presencia del pasado y la permanencia del futuro. De esta forma somos libres, porque mantenemos nuestra capacidad de decidir y actuar; de esta forma somos libres, porque permanecemos vivos y despiertos. Vivos y despiertos. Se puede estar vivo y dormido. ¿Notáis la diferencia?

Vuelvan de esta forma Los Indianos en 2012; llenos de alegría, buen humor, inteligencia y mucho talco. Bien acompañados por las cadencias sensuales y amables del son cubano y demás ritmos caribeños; dirigidos todos de principio a fin de la real calle por la fiel batucada. Lino y guayabera, encaje y pamela. Elegancia, clase, compostura, discreción y alboroto cortés. Vuelvan de esta forma Los Indianos en 2012.

9/1/11

Días de incertidumbre

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Creo estar en lo cierto al afirmar que en estos días que corren y los siguientes se percibe una sensación de angustia en el conjunto de la sociedad. Y no podría ser de otra manera, pues la actual situación atrae vibratoriamente la desazón y el desánimo. Situación que no es ya tal económica, sino financiera, pues el patrón de economía real dejó hace mucho tiempo su puesto al ficticio de las cifras y sus virtuales significados.

Desde hace años me di cuenta de que vivimos dentro de un auténtico engaño, en un sistema que se nutre de la abulia y la ignorancia de las personas, si es que aún lo son, pues dejan de ser de tal condición cuando se pasa a la esclavitud, a la servidumbre de un reducido, o quizás no tanto, grupo de poder, constituido por entes que ostentan, y en ocasiones detentan, este poder. Y el sometimiento es, además, perverso, diabólico, pues el servidor no sabe que sirve, desconoce que es esclavo, ignora que no vive en vida, y que su esencia como persona ya no es tal; no es ser, sino sombra.

Acabo de terminar “Los días de gloria”, de Mario Conde. Magnífica obra, que ya en su día Carlos Dávila, entrevistando al autor con motivo de su espléndida publicación, calificase de “bomba”. Y en verdad que lo es, quizás con un matiz añadido. Bomba de neutrones para todos aquellos que vivían dentro del sistema, para el sistema, y en la ignorancia del sistema. Bomba atómica para todos aquellos que descubrimos con anterioridad que existen nieblas en el sistema y que hay un sistema, pero que hasta la fecha no dimos con nadie que haya escrito tan alto, bien y claro.

La conclusión es inequívoca. Que vivimos en una sociedad que creemos se rige bajo los pilares de la democracia, pero que en verdad sólo (sí, con acento) sentimos  como tal cada cuatro años en las urnas, parafraseando a Don Mario Conde. Es una democracia puntual, de dimensión nula, en el que sólo existe en los puntos coincidentes con elecciones a tal o cual cámara representativa. El resto es un entramado que ni la más complicada fractal llegaría a reproducir.

El siguiente en mi lista, “El Sistema”, del mismo autor, y aunque éste (sí, con acento) es previo al anterior, recomiendo que el orden en la lectura de ambas obras sea el inferido, y que, por tanto, propongo; hay ciertas palabras esclarecedoras en el epílogo de la última que encaminan a tal organización en la lectura.

Desde mi modesta posición entiendo con claridad las palabras del autor cuando agradece al sufrimiento su papel de guía en el camino a la verdad dura y cruda, pero verdad. Y también desde ese mismo altozano agradezco al señor Conde el que haya compartido con todos nosotros parte de su vida, que es parte y muy significativa parte de nuestra historia.