Domingo por la mañana; sentado en un banco, dos libros abiertos. Las vistas, inmejorables; el océano Atlántico, algo picado, azul intenso; en el fondo, el Teide nevado. Una pareja de turistas procedentes de la tierra donde nací (cosa que infiero de su habla, peninsular y del centro) disfrutan de su estancia en este su lugar de descanso, la isla de San Miguel de La Palma (más conocida como La Palma), mientras pasean contemplando el horizonte; llegando a mi improvisado estudio de lectura, escucho parte de la conversación que ambos llevan, levemente modificada por el efecto Doppler; el uno se lamentaba por una estructura de prismas de hormigón (vid. imagen, esq. sup. izq.), la otra asentía sin prestar demasiada atención. La ofensa de la estética fue la causa del enfado. Ofensa de una estética personal, adjudicada a un punto de vista con nombre y apellidos.
La ignorancia, el desconocimiento del porqué llevaron a nuestro desolado amigo a proferir su discurso. Y es que sin la mencionada construcción ni él, ni su compañera de viaje, ni yo, ni ninguno de vosotros podríamos disfrutar de tan bello paraje. El azote del océano es perseverante y demoledor; la paciencia del líquido elemento no tiene parangón.
Enlazan estas palabras con ciertas imágenes, fotografías y noticias que ya son propiedad del vox populi. La base de la crítica no es tanto la estética como el estilo. Estoy convencido de que, al igual que nuestro contrariado amigo, siempre podremos encontrar entre el populi alguna vox que llame desesperadamente a la estética. Yo me uno a los que acuden al estilo. Y es que hay que saber distinguir entre el estilo de puertas adentro y el de puertas afuera.
Mas noticias hay muchas. Dos diarios han caído hoy en mis manos. Uno, nacional; el otro, local; fijo ahora mi atención en este último (“Diario de Avisos”, edición correspondiente al día de hoy). Artículo de Juan Arencibia, que para quienes no le conozcan advierto que sólo por sus líneas ya merece la pena la compra del citado rotativo; título de su columna correspondiente a este domingo 18 de enero de 2009: "«¿Qué firma Coalición [se refiere a Coalición Canaria, partido en el Gobierno de la Comunidad Canaria]?» Si es como dice el señor Arencibia, entonces ya no queda ni estética, ni estilo, ni nada de nada. Háganme caso, y lean y disfruten sus palabras, y después, opinen. Por mi parte: ¡Bravo, señor Arencibia!