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Proyecciones y apariencias

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Aparentamos ser; renunciamos a ser; renegamos de nuestro ser; aparentamos ser, y el ciclo continúa. En vez de ser, y descubrir nuestro ser, impositivamente elegimos (lo que bien podría calificarse de oxímoron) no ser, y aparentar ser. En lugar de la unicidad, la multiplicidad. En lugar de la diferencia, la igualdad. Somos únicos, pero escogemos ser esclavos del discurso, siervos de la colectividad, obreros de la semejanza.

Encadenados en la cueva, destinados a remar hasta la extenuación, numerados y no nombrados, perdidos en la identidad y reconfortados en el colectivo. Muertos vivientes, condenados a ser no ser.

Y ante la impotencia de ser incapaces de ser, la rabia, como reacción. El odio y la agresividad se erigen así en las únicas fuerzas que consiguen despertar a los No Ser del letargo que es la inercia. Mas toda fuerza necesita un medio; uno de ellos, el vehículo, el utilitario, el coche. Una armadura que es espejo, proyección de nosotros mismos. Abanderada de nuestros deseos, intenciones e instintos. Adalid de nuestro ser, y de no ser.

Caballos que nos permiten ser caballeros o infames; soldados de la noble causa o mercenarios de la imbecilidad. El No Ser puede de esta forma quebrantar las normas y leyes enmascarado en su escudo motorizado, atacando a la convivencia, al respeto, a la vida, y a su vida misma, aunque no sea tal sino muerte en vida o vida aparente. El No Ser se crece detrás de un volante; el amo de la carretera. No existen señales, ni líneas; sólo caminos asfaltados en los que circulan otras armaduras a las que abatir, como si de una justa se tratase.

El tiempo. Al pedal, ni agua ni tregua; no hay tiempo. El tiempo es oro. Llegar el primero. No hay normas. No hay leyes. Hay que ser el primero. ¿El primero en qué, pregunto yo? No pasa nada, nunca pasa nada, hasta que sí pasa. Pero claro, mientras tanto, hay que llegar el primero. Y hacerse notar el primero. Y ser el primero en producir ruido. Y ser el primero… en no ser. Ese es su destino. Ser No Ser.

¿Cuál es tu elección, Ser, o eliges la imposición, el oxímoron, de ser No Ser?