En primer lugar, tengo que expresar mi agradecimiento a todos los “bloggeros” que sin atender al dichoso secuaz del Dios del Tiempo, o en otras palabras, nuestro querido amigo el reloj, pasan (seguro) horas, horas y más horas delante de las pantallas de sus respectivos ordenadores en pos de dar con el truco del almendruco para mejorar las bitácoras que, día tras día, inundan esa maraña que ahora comienza a llamarse “Web 3.0”. Yo, al menos de momento, no me incluyo en esa lista; sí en aquélla constituida por aprendices y novatos de la programación en HTML y en XHTML. Y por infantil que pueda parecer cada uno de mis logros, uno por uno será manifestado en esta sección, que espero que con ayuda del tiempo crezca y crezca, tanto en cantidad como en calidad.
Si ahora mismo estás leyendo estas líneas, en primer lugar, gracias por tu tiempo; y si así es, habrás observado un, permíteme el calificativo, gracioso dibujito que se repite a lo largo de la columna. Decirte que soy el padre de la criatura, y como por aquél entonces este “menda lerenda” que aquí te escribe aún no disponía de tarjeta gráfica (ahora, aunque modesta, sí), me dispuse (cambio la persona) de rotulador negro de punta ni muy fina ni muy gruesa, papel vegetal, y unas buenas dosis de paciencia en un marco de creatividad. Y es que como resulta que disfruto dibujando tiras cómicas (que pronto comenzaré a subir) pues también pasé un buen rato dando a luz a este simpático trazo. Una vez terminado, lo convertí mediante el escáner a un formato que estos cachivaches pudieran entender. El tipo de archivo que me ofreció el mejor resultado fue el .png, tanto por tamaño final como por su, como dicen por estos lares, “peso”.
Ya tenemos el archivo. Ahora, la pregunta de siempre: ¿Cómo (omito la consabida interjección) hacemos ahora para subir el (ahora omito cierto calificativo) archivo de marras? Pues muy simple. Primero, date de alta en un sitio web como Photobucket (hay más dónde escoger, como podrás imaginar; si lo aconsejo no es por publicidad, sino porque es el que utilizo, y francamente, me va bien). Segundo; una vez tenemos nuestro archivo en el servidor de imágenes, copiamos la URL y pegamos la dirección a la que apuntará Blogger donde queramos que nuestro dibujo, imagen, icono aparezca; en mi caso en la línea “background” y después de la definición del color de fondo. Con el atributo “repeat” logramos que aparezca en toda la página, bien en una línea (“repeat-x”) bien en la columna donde ves mi pequeño “Cajón desastre” (“repeat-y”). Y, ¿ves qué fácil?
Un último agradecimiento, vaya, dos; el primero para ti, querido lector, por dedicar tu tiempo en este mi, nuestro blog. Y el segundo para el equipo de Blogger, por desarrollar un entorno en el que nuestra imaginación pueda tener su lugar de expresión, ya sea mediante la palabra, ya sea mediante el diseño.